
Si, te echo de menos, a cada día que pasa, a cada instante. Las ausencias no pueden vestirse con ausencias, aún así lo intento con recuerdos, pero tú sabes igual que yo, que no es lo mismo.
Nos quedaron tantas cosas por decir, por descubrir y compartir, que ahora no sé qué hacer con ellas. Y sé que no regresaras, sé que no vas a volver, pero aún sabiéndolo…
te sigo echando de menos.
Si cierro los ojos y busco en uno de los estantes de mi memoria, soy capaz de rescatar tu voz y consigo que se haga más llevadera tu ausencia, pero aún así…te sigo echando de menos.
Puedo sentir la fuerza de tu mano sobre mi hombro, cuando a veces algo me preocupa, y si, sé que estás aquí, que me acompañas en noches de desvelo, como esta, como tantas otras noches pero… te sigo echando de menos.
¿Sabes?, tengo la sensación de no haberte dicho tantas veces como habría querido, que te necesitaba, que te quería, que me harias falta siempre, que siempre estuviste cuando más te necesitaba, pero ahora, de poco valen ya las palabras y el sentir, cuando ya no puedo hacer ni decirte nada, más que recordarte y retenerte en ese estante de mi memoria.
Te quiero papá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario